“Él siempre se aprovechó de las chicas que estaban desesperadas por drogarse. Era un hombre violento que les pegaba. Muchos vimos cómo lo hacía”, explicó Hugo “Ranita” Suárez, uno de los testigos clave en el juicio por el crimen de Giselle Barrionuevo Núñez (foto).
Habrían matado a Giselle por dinero o por drogasEl testimonio más fuerte es el que se escuchó ayer de la joven (su nombre se mantiene en reserva) con la que el acusado Luis Cristian “Pony” Danum dijo haber tenido relaciones sexuales la noche en la que mataron a la adolescente. “Se contactó conmigo porque se enteró que había dejado el tratamiento de rehabilitación que había iniciado”, dijo la testigo, que negó haber aceptado ese encuentro a cambio de una dosis de cocaína.
En las dos audiencias se escucharon numerosos testimonios que aportaron detalles de cómo los transas se mueven en Monteros. Varios de los testigos declararon cómo vendían drogas para el acusado.
“Consumía drogas y me instalaba en la casa de ‘Pony’ para limpiarle. Había muchas personas que hacían lo mismo”, declaró María Pía Vallejo. Antes, Teresita Raso, la otra imputada, indicó que ella había aceptado convivir con el acusado porque le daba un techo, la mantenía, y le suministraba drogas para consumir.
Todos los jóvenes que declararon reconocieron tener problemas de adicción. El juez Emilio Páez de la Torre le consultó a uno de los testigos si seguía consumiendo drogas. “Eventualmente tomo cocaína”, le respondió. “¿Dónde la compra?”, le preguntó. “Allí, en Monteros”, le dijo sin pudor. “¿A quién le compra?”, insistió el magistrado, pero en esta oportunidad no hubo respuestas.
El miedo de los testigos también se pudo percibir en las audiencias. “Tere” Raso, “Ranita” Suárez y “Lulo” Sánchez le informaron a los jueces que los familiares de Danum se comunicaron con ellos para que declararan a favor de él.